¿Qué es la esofagitis?
La esofagitis es una inflamación del esófago, el tubo que conecta la garganta con el estómago.
Esta inflamación puede deberse a reflujo gastroesofágico, infecciones, consumo de medicamentos irritantes o, en algunos casos, enfermedades autoinmunes.
Cuando no se trata a tiempo, puede causar úlceras, sangrado o estrechamiento del esófago.
La causa más frecuente de la esofagitis es el reflujo ácido del estomago hacia el esófago que produce irritación e inflamación de la mucosa del esófago
Video: visión de esofagitis severa en un paciente con reflujo gastroesofágico.
Imagen Endoscópica; Esófago normal
Imagen endoscópica; Esófago con Esofagitis
Causas
- Reflujo gastroesofágico (ERGE):Es la causa más común; donde el ácido del estómago regresa al esófago, irritando su mucosa. La hernia hiatal es una causa de reflujo.
- Infecciones: Infecciones por hongos (como Cándida), virus (como el herpes simple), o bacterias.
- Medicamentos: Especialmente si se toman sin suficiente agua, como la tetraciclina, bisfosfonatos, y algunos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). causando esofagitis y también ulceras gástricas y/o duodenales.
- Radioterapia: El tratamiento con radioterapia para cáncer puede dañar la mucosa esofágica.
- Eosinofílica: Una reacción alérgica o inmune puede causar una esofagitis eosinofílica.
- Química: Ingestión de sustancias cáusticas.
Síntomas frecuentes de la esofagitis
Acidez o sensación de ardor en el pecho (pirosis)
Dolor o dificultad al tragar (odinofagia)
Regurgitación de alimentos o líquidos
Tos seca o ronquera crónica
Dolor torácico que empeora al acostarse
Si presentas alguno de estos síntomas de forma persistente, es recomendable acudir a una valoración con un especialista en endoscopía digestiva.
Diagnóstico endoscópico de la esofagitis
El diagnóstico de la esofagitis generalmente se realiza mediante una combinación de historia clínica, examen físico y pruebas diagnósticas, entre las que se incluyen:
- Endoscopia digestiva alta: Es el método diagnóstico de elección, permitiendo visualizar directamente el esófago y tomar biopsias si es necesario.
- Biopsias: Pueden ayudar a identificar la causa específica de la inflamación, como infecciones, eosinofilia, o daño por reflujo.
- pH-metría esofágica: Para medir el reflujo ácido.
- Manometría esofágica: Para evaluar la motilidad del esófago.
En Celaya disponemos de equipos de alta resolución que permiten un diagnóstico rápido, seguro y con mínima molestia para el paciente.
¿Soy candidato a tratamiento endoscópico?
Las personas candidatas a tratamiento endoscópico son las siguientes:
- Síntomas refractarios al tratamiento: Persistencia de los síntomas a pesar de tratamiento médico adecuado.
- Signos de alarma: Disfagia, pérdida de peso inexplicada, sangrado gastrointestinal.
- Evaluación de complicaciones: Como estenosis, úlceras, o esófago de Barrett.
- Monitoreo de esofagitis eosinofílica: Para evaluar la respuesta al tratamiento.
Tratamiento de la esofagitis
El tratamiento depende de la causa, pero en la mayoría de los casos se enfoca en reducir la acidez y proteger la mucosa esofágica.
Puede incluir:
Medicamentos inhibidores de la bomba de protones (IBP)
Cambios en la alimentación y hábitos posturales
Tratamiento antibiótico o antifúngico si hay infección
Dilataciones endoscópicas si existen estenosis (estrechamientos)
En casos de esofagitis por reflujo crónica, puede ser necesario realizar una evaluación endoscópica complementaria o pH-metría para valorar opciones quirúrgicas o terapéuticas avanzadas.
Prevención de la esofagitis
- Modificaciones en la dieta: Evitar alimentos que desencadenan síntomas como cafeína, alcohol, alimentos picantes y ácidos.
- Elevar la cabecera de la cama: Para reducir el reflujo nocturno.
- Perder peso: Si hay sobrepeso u obesidad.
- No acostarse inmediatamente después de comer: Esperar al menos 2-3 horas.
- Evitar el tabaco y el alcohol: Ambos pueden irritar el esófago y relajar el esfínter esofágico inferior.
Con un diagnóstico oportuno y tratamiento adecuado, la mayoría de los pacientes con esofagitis se recuperan completamente.
El seguimiento médico es fundamental para evitar recaídas o complicaciones como el esófago de Barrett.
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